Esta historia comienza en 1902 cuando un joven poeta llega, a lomo de mula, a Chilecito, en la provincia de La Rioja. En la actual ciudad de Olta, contra sus planes, tuvo que quedarse unos días porque la crecida del río impidió su regreso. Allí conoció a María, una joven de quien quedó locamente enamorado, en un amor totalmente correspondido pero incomprendido por la familia de María que veía con malos ojos un idilio tan prematuro y nada menos que con un forastero, que seguro era un aventurero en esto del amor. Gabino Coria Peñaloza, así se llamaba el joven, apenas descendió la
crecida del río, tuvo que emprender el camino de regreso pero no sin antes prometer a su amada que volvería por ella. Al año siguiente, Gabino regresa a Olta pero se da con la sorpresa que María, con toda su familia, había viajado y que nadie sabía, o quería decirle, a dónde se había ido. Sólo le cuentan que María y su familia habían
abandonado el pueblo sin señalar destino y que María llevaba en el vientre el fruto de su amor prohibido. Gabino, desconsolado, al poco tiempo (1903) escribe un sencillo y bello poema titulado “Caminito”, inspirado en el camino en pendiente y cubierto de trébol y juncos en flor que llevaba a la casa de su amada.
crecida del río, tuvo que emprender el camino de regreso pero no sin antes prometer a su amada que volvería por ella. Al año siguiente, Gabino regresa a Olta pero se da con la sorpresa que María, con toda su familia, había viajado y que nadie sabía, o quería decirle, a dónde se había ido. Sólo le cuentan que María y su familia habían
abandonado el pueblo sin señalar destino y que María llevaba en el vientre el fruto de su amor prohibido. Gabino, desconsolado, al poco tiempo (1903) escribe un sencillo y bello poema titulado “Caminito”, inspirado en el camino en pendiente y cubierto de trébol y juncos en flor que llevaba a la casa de su amada.
La segunda etapa de esta historia data de 1923, año en el cual nace el tango Caminito obra del músico boquense Óscar Juan de Dios Filiberto, de 38 años de edad. Estaba inspirado también en una senda, el camino que Filiberto transitaba diariamente “por el empedrado de su calle Magallanes para encontrarse con sus amigos de la Vuelta de Rocha. Observaba la diminuta calle que cruzaba la manzana y acercaba los encuentros. Era un caminito que él recorría todos los días para llegar a su trabajo como mecánico en la compañía Mihanovich, mientras una joven dama lo saludaba desde la ventana de una casa vecina”
El tercer momento de esta historia se retrotrae a 1926 año en el cual, para conmemorar el carnaval, se convoca a un Concurso de Canciones Nativas del Corso oficial de Buenos Aires. Filiberto y Coria, que se habían conocido gracias a Benito Quinquela Martín, deciden presentar una composición para este Concurso. Filiberto le dice a Coria que él tiene un tango exclusivamente musical y después de tararearle varios compases le propuso que le compusiera la letra respectiva. Coria le responde que él ya tiene un viejo poema inspirado también en un caminito y Filiberto acepta hacerle la adaptación musical necesaria. Es así que nace el tango “Caminito” tal como hoy lo conocemos. Caminito ganó el concurso pero el público, contra lo que suele decir la leyenda, lo recibió con silbatina y abucheo porque, su belleza melancólica no iba acorde con el ambiente de desbordante alegría de una fiesta carnavalesca. Sin embargo, al poco tiempo Ignacio Corsini lo interpretó y con ello se dio inicio a la meteórica y perdurable fama de este sencillo pero hermoso tango. También lo interpretaría, por supuesto, con su genial maestría, Carlos Gardel.
El 18 de octubre de 1959 fue inaugurada oficialmente la calle Caminito, «entre el estruendo de las bombas y el ulular de las sirenas de los barcos» y con la presencia de las importantes autoridades, entre ellas la del intendente porteño Hernán Giralt.
“La calle Caminito es una calle curva que funciona como un museo al aire libre; originalmente allí corría un angosto arroyo, y más tarde circularía un antiguo ramal del ferrocarril, que recorría el trayecto que iba desde Casa Amarilla hasta el Puerto, que al quedar en desuso en 1954 se transformó en basural; al poco tiempo comenzó a ser reciclado por iniciativa del propio Benito Quinquela Martín, quien decide ponerle Caminito en homenaje al popular título del tango de 1926 de Peñalosa y Juan de Dios Filiberto, autor de la música. En 1959, Caminito se convirtió en un museo a cielo abierto.
Como dice Belmaña (historiador) nadie «puede considerar que ha conocido Buenos Aires si no ha caminado sus calles apreciando La vuelta de Rocha, la Plazoleta de los Suspiros, las barcazas amarradas que incluyen el tradicional Vapor de la Carrera que unía diariamente Buenos Aires y Montevideo y la casa del maestro de pintura don Benito Quinquela Martín y el pasaje «Caminito», cita obligada de turistas y amantes del tango».
Los multicoloridos y tradicionales «conventillos» que actualmente engalanan el tradicional Caminito fueron las viviendas típicas de los inmigrantes italianos que se instalaron en el barrio. Las casas son viviendas colectivas, donde muchas familias vivían compartiendo patios, cocinas, etc.
Gustavo Rivas, que vivió en la zona durante veintiocho años, nos cuenta:
«Eran casas de dos y tres pisos, con una entrada angosta, con un zaguán que desembocaba en un gran patio y con las casas de chapa rodeándolo. En el patio había dos o tres piletones para lavar la ropa, baños y excusados. Todo era para compartir, y algunas veces había que esperar para lavar la ropa, bañarse o hacer uso de los excusados».
Benito Quinquela Martín fue el que decidió darle color a las fachadas que ahora pueden apreciar los turistas que visitan el barrio.
Muchos conventillos hoy se utilizan como lugares de ventas de souvenirs.
La esquina de Caminito y Buenos Aires, en Chilecito (La Rioja )
El 19 de febrero de 1971, en la localidad de Chilecito (provincia de
El Caminito de Coria Peñaloza era un sendero rural de dos kilómetros que partía del pueblo de Olta hasta el pueblo de Loma Blanca y que era parte de una huella ancestral que unía el pueblo de Los Talas en Catamarca, con Loma Blanca. En este camino se encuentran varios monumentos que recuerdan a Gabino Coria Peñaloza y su famosa canción.
•Rivas, Gustavo. «Algo sobre La Boca , Caminito y conventillos».
• Belmaña, Horacio. «Caminito».
• Coria Peñaloza, Álvaro y Ricardo García Blaya. «Gabino Coria Peñaloza».
Quienes tuvieron la oportunidad de visitar la calle Caminito, el museo de Quinquela, recorrer las tradicionales y características calles de la Boca coincidirán que la historia allí se siente en todas sus dimensiones y dejando volar la imaginación hasta se puede llegar a ver a esos inmigrantes trabajando en el puerto y ese Riachuelo aún no contaminado. ¡Qué hermosa sos Buenos Aires!
Por lo general se sabe el autor o autores de un tango o pieza folclórica, pero no la historia de ellos como en este caso se cuenta con todo lujo de detalles, y me parece buenísima la de Caminito y sus autores.
ResponderEliminarQue bueno Miriam no conocía la historia ¡FELICITACIONES!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar